sábado, 19 de septiembre de 2015

Poesía de Silvia Schujer. Selección de Noelia Katz y Belén San Jorge


Silvia Schujer. Nació el 28 de diciembre de 1956. Es una escritora argentina de literatura infantil. Sus primeros acercamientos a la literatura fueron durante la adolescencia. Fue directora de coros infantiles en discográficas. Trabajó junto con su hijo en la grabación de un disco llamado “Silvia y los chicos del mundo”. Varias de sus canciones fueron grabadas en discos de Cantaniño. Entre sus obras más conocidas se encuentran: “Cuentos y chinventos”, “La abuela electrónica”, “Canciones de cuna para dormir cachorros”, etc.
Algunas de sus poesías:
A la ronda ronda
Del libro Calle de rondas, editorial Artemisa
                                                         
             La luna es redonda,             
igual que una rueda,
a la ronda ronda,
y al que juega juega.

La rueda camina,
y no lleva zapatos,
a la ronda ronda,
que rueda de a ratos.

La rueda redonda,
recorre un camino,
a la ronda ronda,
alargado y fino.

Luna lanar
Con la lana tejí la luna,
y fue una luna lanar,
la lana tenía un nudo,
y fue en la luna un lunar.

Lana lunera,
luna lanar,
luna redonda,
te vi sobre el mar.

En el mar se mojó la luna,
y de blanco se tiñó el mar,
y el beso que vos me diste,
fue un beso de luna y sal.

Lana lunera,
luna lanar,
luna redonda,
me hiciste cantar.


Abracadabra
Planté una birome,
creció una palabra,
floreció la tarde,
¡abracadabra!.

La regué con agua,
de mi regadera,
desbordaba tinta,
como enredadera.

Fue un día de otoño,
que se deshojó,
un abracadabra,
de este corazón.

Y empecé de nuevo,
con la lapicera,
a escarbar la tierra,
de mi primavera.


Palabras para regalar
Te regalo una palabra,
con cinta y moño,
de estas que se desatan,
cualquier otoño.

Una palabra blanda,
con piel de espuma,
para soplarle al viento,
y llenar la luna.

Luna de una palabra,
que, soñadora,
vive cuando se duerme,
y muere con la aurora.

Te regalo una palabra,
sin decir nada,
porque la traigo escrita,
en tu mirada.

Una palabra enorme,
con nuez y ruido,
de las que no se pierden,
cuando se han ido.

Te la regalo ahora,
porque es urgente,
que te des vuelta y veas,
que estoy enfrente.

Contame un cuento

Contame un cuento de hadas,
para soñar esta noche,
letras doradas.

Contame un cuento liviano,
para que duerma esta noche,
bajo mi mano.

Contame un cuento que flote,
sobre mi almohada,
porque detrás del silencio,
no escucho nada.

Contámelo poco a poco,
muy despacito,
que cuando cierro los ojos,
lo necesito.

Pájaros en la cabeza
La historia que aquí se cuenta,
le aconteció a una princesa,
que tenía pajaritos,
trinándole en la cabeza.

Los pajaritos le hablaban,
de las delicias de andar,
volando sobre los ríos,
sobre los campos y el mar.

La princesa suspiraba,
y volvía a suspirar.
El papá de la muchacha,
era el rey de Mala Gana,
se apoltronaba en su trono,
a mirar por la ventana.

Le apretaba la corona,
lo aburría la batalla,
él quería hacer castillos,
con arena de la playa.

Mi reino, pensaba el rey,
lo cambio por una malla.
La reina madre vivía,
contándole a los espejos.
que soñaba irse en un barco,
y llegar lejos, muy lejos.

La cosa es que la realeza,
en realidad se aburría,
cada cual con su tristeza,
planificaba su huida.

Hasta la vez que ocurrió,
el milagro de un carruaje,
que se detuvo en el palacio,
para emprender largo viaje.

El carruaje era carroza,
con seis caballos alados,
con hélice en el techo,
y ruedas a los costados.


Los reyes y la princesa,
emprendieron aquel día,
el viaje que se llevó,
por siempre a la monarquía.

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